¿Por qué las naranjas son también de color naranja?
¿Por qué no hay manzanas azules?
¿Por qué el queso brie se ponió (sic) feo?
¿Por qué no me puedo poner el zapato al revés como en el mundo del revés?
¿Qué tengo adentro de la mano, abajo de la piel?
¿Los pollos también tienen piel, no?
¿Por qué no me puedo comer el vaso?
¿Por qué los murciélagos duermen boca abajo?
¿Por qué el vino no es transparente?
¿Por qué el círculo no es cuadrado?
¿Por qué subimos para arriba y no podemos subir para abajo?
¿Por qué la letra H tiene un palo en el medio?
¿Por qué los dedos están en la mano?
¿Por qué cuando cierro los ojos está todo oscuro?
¿Dónde vive el flan?
¿Por qué el sol no puede viajar en tren?
Con asombro y paciencia las voy recopilando. Hace años un amigo me dijo que los hijos son adictivos.
Tenía razón.